Mía para toda la eternidad (Cassandra) [[[+18]]]

Escuchaba sus súplicas ''por favor...por favor...'' se la notaba impaciente como yo lo estaba. Sonreí complacido por aquello y ascendí lamiendo unas saladas lágrimas que surcaban sus mejillas.

Besé sus labios mientras introducía mi mano entre su piel y la ropa interior acariciando su monte de venus y bajando más y más abriendo más sus piernas para acariciarla mejor y más directamente.
-Me encanta cuando me suplicas Lucia...-mordí sin llegar a hacerle sangre sus carnosos labios.

Al fin dejó de patalear y asumió que allí mandaba yo, que quería que la poseyera como siempre.
La besé con más fuerza mientras hacia lo posible por deshacerme de su última prenda y lo hice destrozánodla, haciéndola girones casi sin darme cuenta para así poder acariciar su entrepierna libremente.

Dios...cuanto lo había deseado de nuevo, poder dominar a aquella diosa, poder acariciarla y sentirla mía...
Bajé mis labios a su cuello besándolo y mordiéndolo pero sin clavarle los colmillos, solo saboreando su piel.

Indagué en su entrepierna unos instantes más, reconociéndola, volviendo a sentir aquella calidez y tras mirarla a los ojos aparté mis manos de la zona subiendo a sus pechos, acariciándolos y trabajando sus pezones rosados.
-Te deseo demasiado Lucía...

Hice descender mis boxers hasta las rodillas con la mano libre y noté mi miembro erguido y duro liberado al fin.
Jadeé por aquella sensación y me agarré a las muñecas de Lucia, manteniéndolas ambos lados de su delicado cuerpo.
-Te amo...
Con aquellas palabras la penetré fuertemente con un intenso gruñido en mi garganta.

La escuché gritar y soltarse de mis manos para agarrarse a mi espalda y arañarla. Sí...podía notar su deseo.
Estaba sumido en una locura que me dolía pero más allá de ella, continué con la macabra acción.

Jadeé notando su vagina presionar a mi miembro que trataba de acerse paso a la fuerza y al sacarlo volví a embestirla de nuevo aferrándome a sus brazos, hundiendo mi cabeza en su cuello, aspirando el aroma de sus cabellos.

La escuché de nuevo y me apremió para que la embistiera con más fuerza, más profundamente, con más saña.
Y no pude más...hundí de nuevo mis colmillos en su maltratado cuello mientras la poseía nuevamente.

Notar mi miembro en su interior rodeado de aquella calidez nuevamente era un sueño hecho realidad.

Alargó su mano y tomó de la mesa camilla de al lado del sofá un cenicero de cristal, el cual rompió sobre mi sien pero no me importó, ni me dolió, me sacudí los cristales de mi cabello y la herida y continué penetrándola y haciéndola mía con violencia, con ganas de extasiarme con aquella sensación tan placentera.
-Si joder... gime...grita... me encanta-siseé mientras volvía a beber de ella.

La sangre rodeaba aquella escena tan brutal iluminada por el fuego.

Seguí con las embestidas hasta que escuché su súplica llena de deseo y asentí separándome de su herida.
La agarré por la cintura sin sacar mi miembro de su interior y me tumbé en la alfombra dejándola sobre mi, sosteniéndola, la veía algo débil.
-Adelante...cabalga Lucía-susurré jadeando ante el placer que sentía al verla sobre mí así de nuevo tras tanto tiempo sin sentir su calor ajeno a lo que cruzaba por su mente.


FdR: espera que tengo a mis padres por aqui acechando. No me iré.

Comenzó a moverse sobre mí y la dejé a su ritmo jadenado y sintiendo un enorme placer, pero pronto su calor se fue y contemplé algo sorprendido como se levantaba y escapaba de mi lado.
Reí entre dientes y me levanté dejando caer finalmente los pantalones y los boxers que aguantaban en mis talones.

CAminé sin darme mucha prisa y me la encontré vagando por el oscuro pasillo. Iba a un paso algo lento, sería por la pérdida de sangre.
-¿Querías jugar al escondite?-comenté atrapándola por la espalda dejandola contra la pared del pasillo volviendo a embestirla pegando su espalda a mi torso, jadeando en su oído.

La presioné contra la pared de aquel oscuro y frío pasillo notando que mi miembro a veces entraba con dificultad, pero no importaba, lo hacía encajar con más fuerza, aferrándome a su cuerpo tibio y escuchando sus jadeos y débiles gemidos de fondo junto con los míos.

Le di la vuelta y la alcé por el trasero pudiendo continar mejor, situado entre sus piernas, escuchando el ritmico golpeteo de su cuerpo contra la pared que no dudaría en reventar siguiendo con aquella locura sintiendo un pronto clímax que tanto tiempo había esperado.
-Ahhh..Lucía...
Lamí la sangre que caía por su pecho desde la herida del cuello.

La escuché pronunciar aquellas palabras pero no iba mi nombre incluido...
-¿Alexei? ¡¿Alexei?!-creo que la ira sustituyó al deseo.

Comencé a embestirla con más fuerza y más saña, golpeandola fuertemente contra la pared, cayendo al suelo y siguiendo con aquella obsesa conducta allí, con la mandíbula en tensión sintiendo como me corría dentro de ella con un fiero gruñido relajando finalmente todos mis músculos y desplomándome sobre su cuerpo tembloroso y frágil algo frío.

Con mi miembro aún en su interior, rodé y la dejé a ella encima para no aplastarla. La miré jadeante por aquel clímax y olvidándome de lo que dijo, la abracé entre mis brazos y la besé.
-Te amo mi vida...querida Lucía...

Besé su frente y tras un tiempo que no contabilicé allí tirados mientras ella dormía agotada, me levanté y caminé hasta las habitaciones superiores dejándola sobre la cama de matrimonio de la habitación principal cerrando la puerta y bajando al salón.

Una vez allí, miré el fuego y luego la sangre...ahí me di cuenta de que no saldría nunca de esta locura.