Observando a mis victimas [Maxwell]

Me encontraba ahi de pie, dentro del parque el mejor lugar para observar a los inocentes niños jugando sin que se dieran cuenta de todo lo que pasaba a su alrededor. Se reian, corrian y hacian sus travesuras sin notar un licantropo extremadamente peligroso en medio de ellos...

Del mismo modo que la tierra daba vueltas, el mundo avanzaba para unos pocos afortunados. La vida era injusta, la vida daba muchas vueltas, la vida no reparaba en favoritismos. La vida borraba amistades, amores, peleas, sonrisas... pero jamás olvidaba los recuerdos de una mente joven y algo alocada, machacada por experiencias duras y maltratada por sucesos desafortunados.

Era una tarde cualquiera y Maxwell, el antiguo cachorro ya no era un niño. Habían pasado ya diez años, que se dice rápido, y había dejado ese rostro angelical con esas pequitas sobre su nariz encerradas en algún lugar de su memoria. Ahora era un joven licántropo fuerte y elegante. Algo altivo pero de buen corazón. Su entrenador, el lobo que lo mordió con el único fin de reclutarlo estaba muerto, y con él, todo su odio y rencor hacia las demás razas.

Se encontró con la furtiva mirada de Jared puesta en los niños que jugaban en el parque. Se acercó en forma humana y se acuclilló - ¿te los vas a comer? -

Me les quede mkrando un par de momentos hasta que escuche una voz a mi lado. Voltee y ahi estaba Max de nuevo, hace dias que no lo habia visto por ahi, una sonrisa se curco en mi rsotro -Por supuesto que no- aun no lo miraba, en ese momento mi mirada estaba fijo en aquel lugar en donde estabamos -Solo me puse a pensar que son una carnada facil- lo mire con seriedad sus faciones no habian cambiado desde la ultima vez -No soy tan imbecil para atacarlo donde hay muchos testigos-

- pero lo suficiente como para saciarte con críos pudiendo atacar a los gordos comedonuts de la comisaría a medianoche - Respondió sin apartar la mirada de esos chavales. Él no era partidario de comerse a los humanos ya que no había nacido licántropo sinó que lo habían convertido con once años de edad por puro capricho de un licántropo estúpido. Ese lobo le había jodido una feliz vida humana, condenándolo a ese infierno animal, por lo que no era partidario -y consideraba poco ético- el hecho de atacarlos. Y Jared lo sabía.

Solte una risita al escuharlo, de verdad que Max no cambiaba en nada -Si es verdad es muy poco etico atacarlos sabiendo que no pueden defenderse- sacudi un poco la cabeza -Nuestros enemigos son otros no son ellos- mire a los escuincles -Bueno, ¿que haces por aqui?- le pregunte confundido, se me hacia raro encontrarlo en este pequeño pueblo -Nunca me imagine encontrarte- admiti

Maxwell miró a los críos con un deje de ternura en esos ojos oscuros como dos agujeros negros que absorbían la cordura de todo aquél que se empeñara en aguantarle la mirada. Jared no le caía mal, era todo un confidente y más antiguo que él, por lo que lo respetaba dentro de los límites posibles. Rodó los ojos y curvó los extremos de los labios en una perfecta sonrisa varonil que derretiría a cualquier chica. - simplemente necesitaba un cambio de aires - comentó negando con la cabeza

-Ya veo- fue lo unico que mi boca pudo soltar -Yo estaba pensando en hacer lo mismo pero pzz no lo se- mis manos que pasaron a la nuca ratando de descanzar el cuello, ya me pesaba T-T -Ya me empezaba a sentir un poco solo- sonrei -Empezaba a creer que era el unico licantropo- susurre la ultima palabra. Era la verdad, ya hacia un par de semanas que habia llegado para completar una mision y hasta ese momento no habia visto a un solo licantropo, me creia solo -¿Alguien mas vino?-

Maxwell siguió mirando a los críos del parque cuando vió como una hermosa mujer se acercaba a un chaval que lloraba por haberse caido y rascado un poco la rodilla. Se supuso que sería su madre. Observó en silencio mientras Jared hablaba cómo esa mujer mimaba a su hijo y le daba un beso en la rodilla después de espolear la arena. Parpadeó serio, nostálgico. Apartó la mirada antes de caer en el error de ponerse a recordar tiempos pasados donde no tuvo una infancia corriente. Nació con la suerte o poca fortuna de tener el cerebro más desarrollado de lo normal, es decir, que era superdotado. Eso de por si ya le impidió ser un niño normal y si encima lo convirtieron en licántropo y lo apartaban de todo cuánto le importaba...

Bajó la mirada y apretó los puños con fuerza sobre sus rodillas, aún de cuclillas al lado del moreno. Jared y él físicamente eran como polos opuestos. Él era moreno con la piel pintada por los crueles rayos del sol. Wolfie era rubio con la piel pálida como la luna. Al oir la pregunta lo miró de reojo y dibujó una traviesa sonrisa - ha vuelto Leslie... -